Por diversas razones, pero lo cierto es que nosotros como habitantes de un país, un estado o una ciudad, no nos atrevemos a levantar nuestra voz, de denunciar lo que está mal, lo que nos afecta, lo que nos duele, lo que nos aqueja como sociedad. Por esa razón he creado este sitio que busca ser una trinchera, un espacio, una tribuna donde se expresen todas las voces, todas las ideas sin el temor de ser callados, de ser bloqueados o perseguidos. No, lo que debemos buscar es que nuestra voz, nuestro sentir se escuche. Y entre todos, acabemos con la impunidad, desterremos la corrupción y desenmascaremos a los sinvergüenzas.

Soy un periodista regiomontano independiente, libre de compromisos y aliado con la verdad. No pertenezco a ningún partido político, no recibo dádivas ni presupuestos, ni ayuda económica o de cualquiera otra especie. Hago esto porque me gusta, porque siento rabia, incomprensión y a veces tristeza de ver tantas injusticias que se cometen a diario en contra de personas que no tienen forma de defenderse, que no tienen acceso a la ley que, según la teoría, los empleados del gobierno o quienes deben respetar y hacer respetar la ley son los primeros que la violan en beneficio de sus propios intereses o del grupo al que pertenecen.

Los ciudadanos nos tenemos que organizar para denunciar públicamente todo aquello que está mal en nuestro entorno. A veces no denunciamos porque nos parece que es una pérdida de tiempo, porque nadie hace nada para mejorar nada. Y de eso, justamente, es de lo que se valen los empleados del gobierno, funcionarios, políticos, para seguir extorsionando, seguir corrompiendo, seguir cometiendo atropellos e injusticias en perjuicio de todos nosotros. Este es un espacio que dejo abierto para todos, donde pueden plantear sus quejas, denuncias, inconformidades. Este es el momento, YA BASTA, DENUNCIA!

-Este sitio lo actualizo todos los días de lunes a viernes abordando temas sobre denuncias, quejas y problemáticas que los lectores me comparten, además de incluir información relevante del día-


lunes, 10 de mayo de 2010


Inseguridad aleja la productividad

El costo de la inseguridad en México sobrepasa el 15 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), además de que obstaculiza el crecimiento económico y contribuye a aumentar la pobreza.
De no controlarse la delincuencia el riesgo de que el país caiga en un círculo vicioso de mayor desigualdad y pobreza que conduzca ineludiblemente a un mayor nivel de criminalidad, aumenta peligrosamente.

La inseguridad se ha convertido en un fenómeno que afecta gravemente la vida diaria de los mexicanos, lo cual se hace evidente todos los días en los diferentes medios de comunicación.

Este problema no sólo afecta el patrimonio de las personas, sino que su incidencia va mucho más allá, poniendo en riesgo aspectos como, la vida, la libertad y la salud de los individuos.

Además, cada año son desviados de actividades productivas enormes cantidades de recursos para tratar de prevenir y combatir los efectos negativos que la inseguridad trae consigo, lo cual obstaculiza, tanto el desarrollo como el crecimiento económico del país.

El ambiente de inseguridad que se vive en el país propicia que tanto la sociedad como el gobierno tengan que asumir una serie de costos asociados a esta problemática, pero los análisis que intentan estimar estos costos generalmente subestiman los cálculos.

En general, sólo se toman en cuenta los costos asociados directamente con los delitos y suelen pasarse por alto todos los recursos que se invierten para tratar de protegerse y aquellos que asumen una vez que fueron víctimas de la inseguridad.

Un aspecto esencial se relaciona con las pérdidas económicas y materiales que genera la delincuencia, ya que además de imponerle una pérdida al afectado, actúa como un impuesto expropiatorio que afecta la asignación de recursos y genera un deterioro en el estado de Derecho.

La debilidad de un estado de Derecho que proteja la integridad física de las personas y de los bienes genera un ambiente poco propicio para la inversión y el comercio, lo que impacta negativamente la formación de capital, la competitividad de las empresas y la generación de empleos productivos.

En suma, la delincuencia obstaculiza el crecimiento económico y contribuye a aumentar la pobreza.

De los principales costos generados por el crimen y la violencia destaca el deterioro del acervo de capital físico, ya que la destrucción de infraestructura como carreteras, puentes, instalaciones públicas y plantas de generación de electricidad, usualmente es a través de actos vandálicos.

Asimismo, la incertidumbre que se genera, propicia un ambiente de negocios en el que se desalienta la inversión y la generación de empleos.

Al gastar más en protección, se pierden recursos productivos para la inversión y se generan costos adicionales que restan competitividad a la planta productiva del país.

Estos delitos generan la pérdida de capital humano, ya que la delincuencia induce a las personas a involucrarse en actos criminales en lugar de actividades socialmente productivas, aparte de la pérdida de vidas humanas por el delito de homicidio.

También, la desviación de recursos necesarios para actividades prioritarias como educación y salud hacia el combate a la delincuencia.

Además, la generación de un círculo vicioso en el cual una alta tasa de criminalidad desalienta la inversión, frena el crecimiento económico, se profundiza el desempleo y se incrementa la pobreza y desigualdad económica, lo que a su vez genera más crimen y violencia. JAV

2 comentarios:

Mirna Sanchez dijo...

Con gobernadores corruptos e ineptos como Rodrigo Medina nos va a ir peor. Un ejemplo es lo que esta pasando en el sector medico, donde los extranjeros estan dejando de venir a Nuevo Leon por la inseguridad, a pesar de que los hospitales estan haciendo cuatiosas inversiones. Nadie va a recuperar todo lo que se esta invirtiendo, no es justo.

Rubén R dijo...

Desgraciadamente la apatia de todos los mexicanos nos llevó a este punto donde regresar a tener mejores tiempos se hace cada día más difícil, aunque no soy pesimista pero está cuesta arriba erradicar la violencia que han provocado los carteles de las drogas. Y por favor no pongan de ejemplo a Colombia que al día de hoy está igual que México. A mí no me van a platicar, mi esposa es de allá y estamos en contacto con la familia.