Por diversas razones, pero lo cierto es que nosotros como habitantes de un país, un estado o una ciudad, no nos atrevemos a levantar nuestra voz, de denunciar lo que está mal, lo que nos afecta, lo que nos duele, lo que nos aqueja como sociedad. Por esa razón he creado este sitio que busca ser una trinchera, un espacio, una tribuna donde se expresen todas las voces, todas las ideas sin el temor de ser callados, de ser bloqueados o perseguidos. No, lo que debemos buscar es que nuestra voz, nuestro sentir se escuche. Y entre todos, acabemos con la impunidad, desterremos la corrupción y desenmascaremos a los sinvergüenzas.

Soy un periodista regiomontano independiente, libre de compromisos y aliado con la verdad. No pertenezco a ningún partido político, no recibo dádivas ni presupuestos, ni ayuda económica o de cualquiera otra especie. Hago esto porque me gusta, porque siento rabia, incomprensión y a veces tristeza de ver tantas injusticias que se cometen a diario en contra de personas que no tienen forma de defenderse, que no tienen acceso a la ley que, según la teoría, los empleados del gobierno o quienes deben respetar y hacer respetar la ley son los primeros que la violan en beneficio de sus propios intereses o del grupo al que pertenecen.

Los ciudadanos nos tenemos que organizar para denunciar públicamente todo aquello que está mal en nuestro entorno. A veces no denunciamos porque nos parece que es una pérdida de tiempo, porque nadie hace nada para mejorar nada. Y de eso, justamente, es de lo que se valen los empleados del gobierno, funcionarios, políticos, para seguir extorsionando, seguir corrompiendo, seguir cometiendo atropellos e injusticias en perjuicio de todos nosotros. Este es un espacio que dejo abierto para todos, donde pueden plantear sus quejas, denuncias, inconformidades. Este es el momento, YA BASTA, DENUNCIA!

-Este sitio lo actualizo todos los días de lunes a viernes abordando temas sobre denuncias, quejas y problemáticas que los lectores me comparten, además de incluir información relevante del día-


martes, 11 de mayo de 2010


La guerra de nunca acabar

Se quiere resolver en los medios lo que por naturaleza corresponde a las facultades de los poderes constituidos.

La estrategia felipista de combate al narcotráfico no ha fallado, es la correcta y además es la única. Quienes fallan son los medios que no han sabido comunicar favorablemente para el gobierno los acontecimientos relacionados con la “guerra”.

Ese es el debate que ha puesto sobre la mesa el gobierno, en consecuencia, prioridad de la agenda nacional sobre cualquier otro tipo de información.

Si seguimos hablando del mismo tema del crimen organizado es porque el mismo gobierno se ha encargado que así sea (La comunicación del Presidente).

Es inexacto e injusto señalar que los medios se han encargado de priorizar el tema. Todos los días nos enteramos de informaciones gubernamentales (y estadounidenses) que nos remiten invariablemente al asunto. Información a la que no pocas veces le falta precisión, por ejemplo, no sabemos cuándo concluirá la “guerra”, pues distintas fuentes del gabinete de seguridad no coinciden en el pronóstico.

Pasa el tiempo y el tema lo manipula con desparpajo el gobierno de los Estados Unidos. Ya tenemos declaraciones de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, que solicita apoyo para el presidente Calderón, pues lo ve muy aislado en su “guerra”.

La DEA de plano se mete a la política interna, a la sucesión presidencial en México, en voz de Anthony Plácido expresa la preocupación de allende la frontera sobre la continuidad en esta lucha ahora que se vaya Calderón -antes o en su momento, no se aclaró- como si las instituciones y el país entero dependieran de Felipe Calderón. Como si los Estados Unidos hubieran resuelto el problema del narcotráfico y dejaran de lanzar alertas por la inseguridad en México.

En el trayecto, el presidente Calderón no ha tenido la deferencia para con sus gobernados de fundamentar constitucionalmente su “guerra”, la ha manejado, eso sí, como una serie bélica de televisión, no como un documental que se esfuerza por incluir información narrada que refuercen las imágenes, serie orientada más al drama que a una bien fundamentada acción del Estado.

Por ello es que no encontramos en esta historia la invocación del Artículo 73 de la Constitución donde señala que es facultad compartida del Congreso hacer la declaratoria de guerra de acuerdo a la información proporcionada por el Ejecutivo. Igualmente se omite el Artículo 89 que apunta como una de las facultades del Ejecutivo, en su fracción VIII: “Declarar la guerra en nombre de los Estados Unidos Mexicanos, previa ley del Congreso de la Unión.” O sea que Felipe Calderón ha declarado su “guerra” saltándose la Constitución.

Se puede decir que es una licencia retórica que se ha conferido el Presidente, que hay otras disposiciones jurídicas que justifican plenamente el combate al crimen organizado. Seguro que las hay, pero él las ha obviado. Ha preferido hablar de “guerra” y adoptar una pose de salvador, el Mesías Michoacano o de Puruándiro (Buen título para una futura obra de Enrique Krauze).

Al final del día el Presidente, en su megalomanía desinformada, se ha dado cuenta que se metió en el pantano y no sabe como salir de él. Acusa a los medios, mañana lo hará a la sociedad. Y la desesperación lo lleva a un giro de 180 grados en su retórica desastrosa: ahora inaugura una nueva operación Paz en la Frontera con mil quinientos marinos al frente. JAV

1 comentario:

Anónimo dijo...

La guerra contra el narco ha sido buena decisión, el problema es que no se midieron los alcances y daños que ocasionaria a la poblacion