Por diversas razones, pero lo cierto es que nosotros como habitantes de un país, un estado o una ciudad, no nos atrevemos a levantar nuestra voz, de denunciar lo que está mal, lo que nos afecta, lo que nos duele, lo que nos aqueja como sociedad. Por esa razón he creado este sitio que busca ser una trinchera, un espacio, una tribuna donde se expresen todas las voces, todas las ideas sin el temor de ser callados, de ser bloqueados o perseguidos. No, lo que debemos buscar es que nuestra voz, nuestro sentir se escuche. Y entre todos, acabemos con la impunidad, desterremos la corrupción y desenmascaremos a los sinvergüenzas.

Soy un periodista regiomontano independiente, libre de compromisos y aliado con la verdad. No pertenezco a ningún partido político, no recibo dádivas ni presupuestos, ni ayuda económica o de cualquiera otra especie. Hago esto porque me gusta, porque siento rabia, incomprensión y a veces tristeza de ver tantas injusticias que se cometen a diario en contra de personas que no tienen forma de defenderse, que no tienen acceso a la ley que, según la teoría, los empleados del gobierno o quienes deben respetar y hacer respetar la ley son los primeros que la violan en beneficio de sus propios intereses o del grupo al que pertenecen.

Los ciudadanos nos tenemos que organizar para denunciar públicamente todo aquello que está mal en nuestro entorno. A veces no denunciamos porque nos parece que es una pérdida de tiempo, porque nadie hace nada para mejorar nada. Y de eso, justamente, es de lo que se valen los empleados del gobierno, funcionarios, políticos, para seguir extorsionando, seguir corrompiendo, seguir cometiendo atropellos e injusticias en perjuicio de todos nosotros. Este es un espacio que dejo abierto para todos, donde pueden plantear sus quejas, denuncias, inconformidades. Este es el momento, YA BASTA, DENUNCIA!

-Este sitio lo actualizo todos los días de lunes a viernes abordando temas sobre denuncias, quejas y problemáticas que los lectores me comparten, además de incluir información relevante del día-


viernes, 7 de mayo de 2010


Lo suyo es la grilla, no legislar

La semana pasada terminó el primer año ordinario de la LXI Legislatura. Un año que figuraba como trascendental para el país, especialmente por una nueva composición en la Cámara Baja, voluntad entre los partidos políticos para construir acuerdos; así como la realización de costosos foros donde supuestamente se tomarían en cuenta las opiniones de los expertos en la materia para el dictamen final.

Al hacer un corte de caja se concluye que el atraso en el trabajo legislativo es evidente, durante el primer año de Legislatura no se logró aprobar ninguna de las reformas de gran calado para el desarrollo y seguridad del país, y sólo pasaron pequeños fragmentos de los grandes proyectos.
La falta de voluntad de los legisladores para construir acuerdos, así la confrontación entre el Senado de la República y la Cámara de Diputados, debido a que los diputados decidieron posponer para el próximo periodo la discusión de diversas minutas, entre ellas elevar a rango constitucional los derechos humanos y reformas en materia de seguridad pública, la molestia fue evidente a tal grado que el presidente de la mesa directiva del Senado, Carlos Navarrete, optó por no recibir más dictámenes provenientes de la Cámara Baja durante el transcurso de la última sesión.
Pero, ¿qué nos dejaron de lo que prometieron y se esperaba de ellos? Un primer punto que debemos atender y que no se debe dejar de lado es la realización de diversos foros de debate con un alto costo económico, pero sobre todo con pocos resultados para tomar en cuenta en los dictámenes finales.
La reforma política que establece la reducción en la integración de legisladores en el Congreso de la Unión, reelección para diputados federales, locales y presidentes municipales y una ley de partidos políticos, fue sin duda la mayor promesa sin cumplir, pues después de que el Presidente presentara su reforma política todos los partidos presentaron un proyecto de reforma política, algunos hasta dos distintos, pero absolutamente nada salió de ello.
Otro ejemplo de lo prometido fue la reforma energética, que incluía reformas a la Ley de Pemex en especial para elevar la producción petrolera en el país. La reforma laboral, para facilitar el acceso al mercado laboral y la creación de empleos además de contribuir a fortalecimiento de la transparencia y democracia sindical. En el tintero quedó también la Ley Federal de Telecomunicaciones y de Contenidos Audiovisuales, presentada en ambas cámaras.
Y finalmente la reforma hacendaria, que garantizaría la gradual despetrolización de las finanzas públicas. Ninguna de ellas fue considerada. En materia de seguridad pública, solamente se abordaron dos proyectos a medias: primero, la Ley de Seguridad Nacional, cuyo objetivo principal era regular la estadía del Ejército en labores de seguridad interna; sólo se aprobó la parte correspondiente a la Ley Antisecuestro (seguramente por fines electorales).
Otro importante asunto, como lo es el fuero militar, que permitiría modificar el artículo 57 del Código Militar para permitir que los militares que violen la ley sean juzgados como civiles cuando realizan labores de la misma índole, se dejó para el siguiente periodo ordinario de sesiones.
¿Entonces? Lo de siempre, los partidos políticos a través de sus miembros en el Congreso, dieron al traste con el avance del país en materia legislativa. A’i pa’ la próxima. JAV

1 comentario:

Antonio Solís dijo...

Los mexicanos tenemos la culpa por mantener a estos 500 zánganos, tenemos que empezar por reducir el número de ratas en el congreso y luego exisgirles más. No a los plurinominales