Por diversas razones, pero lo cierto es que nosotros como habitantes de un país, un estado o una ciudad, no nos atrevemos a levantar nuestra voz, de denunciar lo que está mal, lo que nos afecta, lo que nos duele, lo que nos aqueja como sociedad. Por esa razón he creado este sitio que busca ser una trinchera, un espacio, una tribuna donde se expresen todas las voces, todas las ideas sin el temor de ser callados, de ser bloqueados o perseguidos. No, lo que debemos buscar es que nuestra voz, nuestro sentir se escuche. Y entre todos, acabemos con la impunidad, desterremos la corrupción y desenmascaremos a los sinvergüenzas.

Soy un periodista regiomontano independiente, libre de compromisos y aliado con la verdad. No pertenezco a ningún partido político, no recibo dádivas ni presupuestos, ni ayuda económica o de cualquiera otra especie. Hago esto porque me gusta, porque siento rabia, incomprensión y a veces tristeza de ver tantas injusticias que se cometen a diario en contra de personas que no tienen forma de defenderse, que no tienen acceso a la ley que, según la teoría, los empleados del gobierno o quienes deben respetar y hacer respetar la ley son los primeros que la violan en beneficio de sus propios intereses o del grupo al que pertenecen.

Los ciudadanos nos tenemos que organizar para denunciar públicamente todo aquello que está mal en nuestro entorno. A veces no denunciamos porque nos parece que es una pérdida de tiempo, porque nadie hace nada para mejorar nada. Y de eso, justamente, es de lo que se valen los empleados del gobierno, funcionarios, políticos, para seguir extorsionando, seguir corrompiendo, seguir cometiendo atropellos e injusticias en perjuicio de todos nosotros. Este es un espacio que dejo abierto para todos, donde pueden plantear sus quejas, denuncias, inconformidades. Este es el momento, YA BASTA, DENUNCIA!

-Este sitio lo actualizo todos los días de lunes a viernes abordando temas sobre denuncias, quejas y problemáticas que los lectores me comparten, además de incluir información relevante del día-


viernes, 30 de abril de 2010


Profesores mediocres, niños mediocres

El verdadero pánico consiste en constatar qué clase de ciudadano estamos construyendo para el futuro próximo. ¿Qué clase de hombre estamos generando en México?, ¿qué valores son propios de nuestra juventud actual?

El principal miedo reside en caer en la cuenta de la clase de engendro que desde el punto de vista humano se genera en nuestros hijos, en esta época de historia materialista, hedonista, sádica, cargada de codicia y de poder, pues el mal, el crimen, el asesinato y el robo se gestan en el corazón de los hombres desde su infancia y juventud. Ahí se crea la seguridad o la inseguridad de las próximas generaciones.

A nuestros hijos y nietos los educa la pantalla electrónica, ya no los padres. Los consejos verbales por buenos que sean, no pueden contrarrestar las 3 ó 4 horas diarias en las cuales el niño contempla vivencias electrónicas; juegos en los que corta la cabeza al contrario cada dos minutos, hasta la telenovela idiota que desmonta todos los valores del amor auténtico y de matrimonio.

Ahí se puede aprender de todo, desde cómo matar sádicamente, hasta cómo violar impunemente, los robos más sofisticados, la mejor manera de disfrazarse o de usar las armas. Lo que vemos ahora virtual o fingido en las pantallas, está ya vivo en las calles.
 La prevención del delito y la capacitación policíaca carece de sentido si no empieza por el principio: el aprendizaje del bien y no del mal en los medio masivos de comunicación.

Si cuidamos la contaminación ambiental del agua y del aire, debemos cuidar la contaminación de las ondas transmisoras que contaminan a niños, jóvenes y adultos.

La televisión debe bajar el nivel del sensacionalismo y el escándalo. Ahora parece que todo se vale y todo da igual, mientras no nos toque ser la víctima de la violencia o del fraude.

En las escuelas reciben nuestros hijos información mediocre de conocimientos memorizados pero no comprendidos, en ellas se exige cada vez menos, porque el propio maestro, en muchos casos, no sabe; en la escuela superior se imparten conocimientos técnicos sin formación del alma del profesionista, esta es la tragedia nacional y la deformación del mayor activo de la nación, los hombres y sobre todo los niños.

En México se confundió lamentablemente escuela laica con escuela sin Dios, sin valores y hasta sin cultura.

Recuérdese que los laicos ilustrados de la Reforma, en su afán de secularización, hasta la universidad clausuraron en tres ocasiones y fue Justo Sierra que la reinstaló en definitiva en 1910.

Laico, correctamente entendido, es la separación de los ámbitos de lo civil y humano, de lo propiamente religioso o teológico, dándoles a cada uno su verdadero lugar y valor, sin romper la participación, sin que un campo logre eliminar al otro, más bien creando una sinergia de valores mutuos que enriquecen ambos campos, respetándose mutuamente, eliminando fanatismos.

Separación radical Estado e iglesia no equivale a lucha, ni eliminación o desprecio del otro, sólo evita esa convivencia antigua que tanto daño causó a la sociedad y a ambas instituciones.

En nuestras escuelas no se canta, no se hace deporte, no se inculcan valores ni morales ni éticos, tampoco se enseñan idiomas (salvo en escuelas privilegiadas), ni algunos oficios a la par con matemáticas o gramática, pues la mayor parte de los estudiantes no podrán llegar a títulos profesionales y deberán poderse ganar la vida honestamente.

Se imparten sólo conocimientos mediocres sin generar en el estudiante amor al estudio ni a la investigación. Educar es fomentar valores morales, estéticos y ansia de verdad que hacen al hombre mejor porque son la base de toda cultura.

El miedo que produce la inseguridad generalizada en el entorno político por la destrucción de los valores de todas las clases sociales, puede dar al traste con nuestros sinceros intentos de llegar a ser una nación madura y demócrata con paz social.

No es posible acceder a la verdadera democracia, sin la aristocracia de líderes, en el sentido de los mejores, que guíen a hombres superiores como fruto de educación y formación. JAV

2 comentarios:

Pepe Reveles dijo...

Y si le sumamos a todas esas deficiencias la perversidad y ambición de poder de ElbaEsther Gordillo, por eso somos un país de jodidos, como dijo Azcarraga y ahora el entrenador de la selección nacional.

Antonio Gárate dijo...

La educación empieza en la casa, en el hogar, nosotros como padres tenemos la obligación de ser ejemplo para los hijos y estar al pendiente de ellos, inculcarles valores morales y espirituales, además de ofrecerles una formación académica sólida. Desgraciadamente esto es utópico, somos pocos los padres que educamos así a nuestros hijos, es una pena.