Medina busca legitimarse

Son 26 las obligaciones que tiene como gobernador del Estado Rodrigo Medina, de acuerdo a lo que establece la Constitución Política del Estado de Nuevo León, cuya más reciente actualización fue en junio de 2004, misma que juró cumplir y hacer cumplir aquel malogrado día en que tomó posesión.

Y por más que leemos cada una de estas disposiciones, en ningún lado se dice que dentro de sus facultades, atribuciones u obligaciones está la de convocar a los ciudadanos de Nuevo León a realizar marchas públicas.

Esto es, si de acuerdo a la ley Medina no está obligado a hacerlo ¿por qué lo está haciendo? ¿Es que acaso piensa que aún está en campaña? Salió igual que Vicente Fox, que tuvo un decoroso papel como candidato pero fue un pésimo, un nefasto gobernante.

Corresponde al mismo Medina explicarlo al respetable porque nos seguimos quedando con cara de ¡what!

Lo que sí nos queda claro es que más allá de pagar desplegados en los diarios, de comprar tiempo en las televisoras y de pedirle a los cuates que los firmen, más allá de todo eso que se paga indiscriminadamente con recursos públicos, se necesitan acciones concretas de parte de Medina que devuelvan la seguridad a Nuevo León, tanto a las personas como a su patrimonio.

Rodrigo Medina está obligado a volver a restablecer la tranquilidad que antes teníamos en Nuevo León. La tranquilidad de la que gozaba el estado se ha perdido, es urgente volver a restablecer esa paz mediante la creación de cuerpos policíacos confiables, una policía que nos brinde seguridad y confianza, y no solamente cesando a policías se va a acabar la inseguridad pública. Hay que meterlos a la cárcel, hay que procesarlos, hay que investigarlos, no solamente poniéndolos en la calle se va a resolver ese problema, al contrario, se le está dando mano de obra a los grupos criminales, mano de obra barata y capacitada, por supuesto.

Sin duda a Rodrigo Medina le gusta el juego mediático (¿a que político no, verdad?) pero no se vale que en estos momentos de contingencia, convoque a salir a la calle para manifestar la inconformidad que tiene la gente por la inseguridad absoluta que permea en nuestro ambiente. ¿Contra quién va a manifestarse Medina? ¿A quién va a echarle en cara que ya no se puede vivir tranquilo y sin zozobra en nuestro estado? ¿A quién va a reclamarle el por qué se pierden vidas, se cometen atropellos, se vive en un estado de indefensión?

Suena chistoso pero sí, al parecer Rodrigo Medina va a encabezar una manifestación en su contra, va a reprocharse su falta de autoridad para poner la casa en orden. Va a manifestarse en contra de su incapacidad para gobernar para todos, en ofrecer garantías a la gente de que no va a ser víctima de la delincuencia común, esos que roban, matan, asaltan y secuestran.

Esa delincuencia a la que él tiene por obligación combatir, tal como está consagrado en el Artículo 85 Fracción Primera de la Constitución Política del Estado de Nuevo León, y que a la letra dice…. “Al Ejecutivo corresponde, Proteger la seguridad de las personas, bienes y derechos de los individuos y, al efecto, mantener la paz, tranquilidad y orden públicos en todo el Estado”.

No dudamos que llene el Parque Fundidora, pues para los acarreos se pintan solos los priistas, y por supuesto que ya debe estar listo Mario Guerrero, experto en movilizar masas para fines partidistas; también Héctor García, el delfín de Medina a quien puso al frente de la CNOP y quien seguramente ya corrió la voz entre sus huestes; por supuesto que también ya pasó revista Juan Manuel Cavazos, líder de los burócratas del Estado y quien le debe mucho a Rodrigo Medina, y así podríamos enumerar a un grupo de gente allegada al gobernador dispuesta a seguirle el juego mediático que quiere armar el domingo con la estéril marcha “ciudadana”. Lo bueno que tienen todo el lecho del Río Santa Catarina para estacionar los camiones que trasladarán hasta ese lugar a los miles de acarreados convocados por el propio Medina.

Costosa y sin resultados habrá de terminar la famosa marcha ciudadana, pero eso sí, llena de notas periodísticas pagadas con el dinero del presupuesto público y que Rodrigo Medina y su tesorero manejan a discreción para auto complacerse, como tal es el caso. JAV