Por diversas razones, pero lo cierto es que nosotros como habitantes de un país, un estado o una ciudad, no nos atrevemos a levantar nuestra voz, de denunciar lo que está mal, lo que nos afecta, lo que nos duele, lo que nos aqueja como sociedad. Por esa razón he creado este sitio que busca ser una trinchera, un espacio, una tribuna donde se expresen todas las voces, todas las ideas sin el temor de ser callados, de ser bloqueados o perseguidos. No, lo que debemos buscar es que nuestra voz, nuestro sentir se escuche. Y entre todos, acabemos con la impunidad, desterremos la corrupción y desenmascaremos a los sinvergüenzas.

Soy un periodista regiomontano independiente, libre de compromisos y aliado con la verdad. No pertenezco a ningún partido político, no recibo dádivas ni presupuestos, ni ayuda económica o de cualquiera otra especie. Hago esto porque me gusta, porque siento rabia, incomprensión y a veces tristeza de ver tantas injusticias que se cometen a diario en contra de personas que no tienen forma de defenderse, que no tienen acceso a la ley que, según la teoría, los empleados del gobierno o quienes deben respetar y hacer respetar la ley son los primeros que la violan en beneficio de sus propios intereses o del grupo al que pertenecen.

Los ciudadanos nos tenemos que organizar para denunciar públicamente todo aquello que está mal en nuestro entorno. A veces no denunciamos porque nos parece que es una pérdida de tiempo, porque nadie hace nada para mejorar nada. Y de eso, justamente, es de lo que se valen los empleados del gobierno, funcionarios, políticos, para seguir extorsionando, seguir corrompiendo, seguir cometiendo atropellos e injusticias en perjuicio de todos nosotros. Este es un espacio que dejo abierto para todos, donde pueden plantear sus quejas, denuncias, inconformidades. Este es el momento, YA BASTA, DENUNCIA!

-Este sitio lo actualizo todos los días de lunes a viernes abordando temas sobre denuncias, quejas y problemáticas que los lectores me comparten, además de incluir información relevante del día-


miércoles, 24 de febrero de 2010


¿Celebrar?

Debido a la pobreza y desigualdad que se vive en el país, no hay elementos suficientes para festejar el bicentenario de la Independencia ni los 100 años de la Revolución Mexicana. Seamos francos.

Haciendo un corte histórico, en 2010 no hay muchos elementos que justifiquen el festejo, mientras más de la mitad de la población viva en la pobreza y sigamos siendo uno de los países con mayor desigualdad social del mundo. Además, nos estamos rezagando progresivamente de la dinámica económica y política internacional.

La revolución fue una dolorosa etapa de México plagada de traiciones y asesinatos (¿eso es digno de celebrar?), que desembocó finalmente en la elaboración de una constitución que protegía las garantías individuales, daba reconocimiento a los derechos sociales como libertad de asociación, de expresión, derecho de huelga, derecho a la educación y la regulación de la propiedad de acuerdo a los intereses de la comunidad, y muchos otros más que no se han aplicado plenamente, pues en los diversos regímenes los representantes del pueblo y sus intereses creados se han encargado de parchar y hacerle 189 enmiendas a la fecha, algunas necesarias para actualizarla, otras a modo de los propios legisladores para proteger sus intereses y los de los poderosos, y de esta manera proteger el hueso, su querido hueso.

Lo más doloroso de estas celebraciones es que en el fondo las cosas poco han cambiado, el pobre sigue siendo pobre, y cada vez hay más, nos hemos convertido en la economía menos competitiva de America Latina, tenemos un país donde la impunidad priva para quien la puede ejercer, donde empresarios y gobiernos pueden robar miles de millones sin que nadie mueva un dedo, un país con grandes monopolios y oligopolios protegidos por las autoridades, una enorme corrupción, un sistema educativo reprobado internacionalmente, tomas de calles en perjuicio de todos los ciudadanos, secuestros, una exacerbada delincuencia, seguimos siendo un país económicamente inestable, y para acabarla de acabar, una partidocracia que ejerce el poder en sí mismo.

Sin embargo, al igual que hace 100 y 200 años, hay una tensión social que genera una energía poderosa para el cambio, ante lo cual, los mexicanos tenemos la responsabilidad histórica de aprovechar esa fuerza y encausarla por la vía del diálogo constructivo.

Estamos en la disyuntiva de quedarnos atrapados en los problemas e inercias del pasado, o de dar el paso adelante que hace falta para aspirar a ser una nación libre, democrática y próspera, con oportunidades y empleos que permitan la movilidad social y la consolidación de una amplia clase media. Para dar ese paso, se necesita que haya una auténtica participación ciudadana. Y nuestro sistema político, tal como está ahora, difícilmente podrá hacerlo. Es más, ni requerimos que lo hagan los políticos, sino nosotros mismos.

Pero cuidado, sin reclamos, sin rencores, el pasado sólo es eso, pasado. Veamos hacia delante. Agotado el modelo de desarrollo orientado hacia la producción de un mercado sin sentimientos ni corazón, lo que debemos hacer los mexicanos es organizarnos. La reconstrucción de este país no vendrá de nadie de los personajes que detentan el poder desde cualquier trinchera, ya sea el más modesto regidor de un pueblecito sureño, que el gobernador del estado poderoso, o el líder senatorial o el funcionario cercano al Presidente, quienes disfrutan las mieles del poder y la opulencia, porque eso es lo que ofrece cualquier cargo público ahora tan deshumanizado.


No, los que debemos iniciar el cambio somos nosotros, la sociedad. Desde el pequeño espacio, desde la articulación familiar y comunitaria buscando fomentar una cultura que reivindique valores y principios. Por ejemplo, la cultura del trabajo y la producción, es una decisión que debe partir de nuestra propia iniciativa, sin ingenuidades, sin engaños ni simulaciones, pero sí con una agenda nacional para el desarrollo, que genere condiciones de causa común, que fomente la igualdad de oportunidades y las posibilidades de un desarrollo sustantivo en cada uno de quienes vivimos en este hermoso país. Entonces ¿tenemos que celebrar algo?

6 comentarios:

Eva dijo...

Estoy totalmente de acuerdo, probablemente, ya esten hasta la madre de leer propuestas, que digan lo que ya sabemos (que si es culpa del gobierno, que si la culpa la tenemos nosotros, que hay que despertar, dejar de hacernos pendejos), bueno, según veo yo, ya cada uno de nosotros sabe lo que tiene que hacer, y está en cada quién hacer lo posible para mejorar la situación del país. Todos lo sabemos. El motivo de este extenso comentario es hacer saber mi desacuerdo con los hipócritas festejos del bicentenario y extender la invitación, a todos ustedes, para que a la vez la extiendan a quienes conozcan para que pasen de largo de esta reverenda pendejada, así como despertar un poco de conciencia.
Soy una chica joven, acabo de cumplir 18 años y no he estado presente, en todas las atrocidades que se han cometido en el país, pero me duele ver la situación en la que estamos, como la clase trabajadora, a la que pertenecemos todos nosotros, es la que más afectada ha salido, no solamente por la crisis, sino desde siempre, por que esto viene desde décadas atrás, llenas de abusos y corrupción. Ustedes no saben (o tal vez sí) lo mal que se siente, que ya a temprana edad, tenga una que ver todos los días, tantas pestes del país, ya no tener siquiera esperanza, por que sabes que estás jodida, ni siquiera da gusto alcanzar la mayoría de edad, por que eso significa, entre otras cosas, ser ciudadana parte de los abusos del poder, tener que sentir la presión por votar por algún partido estúpido (yo desde ya, me declaro apartidista, como están las cosas), tener miedo por no saber si algún día encontrarás trabajo, como te vas a enfrentar a tus responsabilidades y tener que pagar impuestos y demás rollos.
Es increíble ver como en la televisión, nos bombardean con spots y demás anuncios, tratando de convencernos de una realidad que es completamente falsa, de celebrar algo que en realidad NO tenemos, y eso estimados lectores, es LIBERTAD.
Vivimos con miedo, con limitaciones, pero eso tiene que terminar ya. Ya basta de quejarse del gobierno, a esos cabrones les vale madre lo que el pueblo piense o sienta, esos pendejos nunca van a hacer nada por sacar adelante al país, aceptemoslo, no sirven para nada y lo sabemos, entonces ¿por que seguir manteniendo en el poder a una bola de huevones, que lo único que saben hacer, es estirar la mano para recibir salarios, inmensamente ridículos?
No señores, así no deben ser las cosas. Por favor, ¡ya no vayan a votar! Ya no asistan a las celebraciones y demás pendejadas, que ellos organizan para distraer a las masas, es NUESTRO dinero, no permitamos que lo despilfarren, hagamosles saber que ya no nos tienen de sus pendejos. No vale la pena confiar en ningún partido, todos son iguales. A nadie le interesas.
Entre el gobierno, la delincuencia organizada y la Iglesia (sí señores, la Iglesia ya nos tienen jodidos. Así que no colaboren más, nada de mordidas, nada de sobornos, nada de comprar mota y demás chingaderas, nada de diezmo, ni de cooperación para capillitas y templos, que bien sabemos, ni hacen falta, si van a rezarle a su dios, haganlo en su casa o en la iglesia más cercana, no importa que este feita, bien dicen que dios esta en todas partes ¿o no?
Pero no nos desviemos del tema, este post no es para meterse con las creencias de nadie, me vale madre la religión que profesen, pero en serio, ya no tiren su dinero así.
Si quieren hacer algo por México, comencemos por nosotros mismos.

Velku dijo...

Pues el pecado no esta en celebrar el bicentenario, si de verdad estuvieramos festejando el inicio de un “Mexico libre”, sino en ser usado por lo politicos como otro pretexto mas para gastarse nuestra lana solo por buscar ganarse a la gente para las siguientes elecciones.

Que ahora que lo pienso, si no nos dejaramos apendejar cuando nos ponen fiestas excesivas como estas como un ejemplo de su buen gobierno, dejarian de hacerlo. A poco no?

Inconforme dijo...

Estoy totalmente de acuerdo; hay que empezar organizándonos en asociaciones de ciudadanos que defendamos nuestro derecho,yo digo lo de la tenencia que es un robo a mano armada,si no la pagamos varios miles de automovilistas,lo tendrán en cuenta,no basta que seamos unos pocos. Lo del voto es el mismo circo, entonces no votar o anular, no apoyar nada que tenga tintes partidistas aunque digan que apoyan alguna causa noble, todo es llevar agua a su molino. Hace unos diez años circuló un panfleto donde convocaban a ciertas manifestaciones como por ej: apagar la luz de 8 a 9 pm, es sólo un ejemplo, claro, nadie hizo caso entonces. Actuemos ahora pero ya

Edmundo dijo...

Es curioso ver como nos encanta escudarnos en los heroes del pasado..mientras otros países se preparan para el futuro... dejemos de culpar al gobierno y comencemos por analizar nuestra pobre cultura mediocre de la que tanto nos gusta enorgullecenos ... mexicano, eres pobre por tu cultura y tu pobre manera de pensar.

Ivan El Tucán dijo...

Muy trillado y muy comentado eso del cambio en nosotros mismos. Pero sí, es algo que de verdad funciona, claro.

Enrique Castañeda dijo...

Me van a disculpar si me trago la H muda pero quiero felicitarte por esas palabras tan adecuadas en un tiempo que se deben de leer o escuchar, pero más que todo reflexionar y actuar acorde a tu pensar, porque has puesto en perspectiva la realidad que no hemos podido asimilar, mucho menos controlar, canalizar el potencial de energias humanas y naturales que este nuestro gran país posee. Yo se que un día moriré, pero lo que mas ya desde ahorita me duele es haber venido a este planeta y ver que ya nos habian conquistado, que nos estan conquistando y que estamos en la mira de uncabron que nos quiere tener conquistados hasta que sepamos repeler las agresiones y empezar a cuidarnos e independizarnos de verdad, gracias por tener la habilidady mas que nada la buena voluntad de escribir algo que nos mueve la mente y sobretodo la conciencia a muchos seres humanos, me resisto a morir, porque no quiero partir de este mundo sin ver una sonrisa de satisfaccion de triunfo en cada uno de mis compatriotas, yo puedo ofrecer mi vida para eso, pero sin estructura enfocada mi vida se desperdiciaria, como cancion a un sordo.