Por diversas razones, pero lo cierto es que nosotros como habitantes de un país, un estado o una ciudad, no nos atrevemos a levantar nuestra voz, de denunciar lo que está mal, lo que nos afecta, lo que nos duele, lo que nos aqueja como sociedad. Por esa razón he creado este sitio que busca ser una trinchera, un espacio, una tribuna donde se expresen todas las voces, todas las ideas sin el temor de ser callados, de ser bloqueados o perseguidos. No, lo que debemos buscar es que nuestra voz, nuestro sentir se escuche. Y entre todos, acabemos con la impunidad, desterremos la corrupción y desenmascaremos a los sinvergüenzas.

Soy un periodista regiomontano independiente, libre de compromisos y aliado con la verdad. No pertenezco a ningún partido político, no recibo dádivas ni presupuestos, ni ayuda económica o de cualquiera otra especie. Hago esto porque me gusta, porque siento rabia, incomprensión y a veces tristeza de ver tantas injusticias que se cometen a diario en contra de personas que no tienen forma de defenderse, que no tienen acceso a la ley que, según la teoría, los empleados del gobierno o quienes deben respetar y hacer respetar la ley son los primeros que la violan en beneficio de sus propios intereses o del grupo al que pertenecen.

Los ciudadanos nos tenemos que organizar para denunciar públicamente todo aquello que está mal en nuestro entorno. A veces no denunciamos porque nos parece que es una pérdida de tiempo, porque nadie hace nada para mejorar nada. Y de eso, justamente, es de lo que se valen los empleados del gobierno, funcionarios, políticos, para seguir extorsionando, seguir corrompiendo, seguir cometiendo atropellos e injusticias en perjuicio de todos nosotros. Este es un espacio que dejo abierto para todos, donde pueden plantear sus quejas, denuncias, inconformidades. Este es el momento, YA BASTA, DENUNCIA!

-Este sitio lo actualizo todos los días de lunes a viernes abordando temas sobre denuncias, quejas y problemáticas que los lectores me comparten, además de incluir información relevante del día-


lunes, 24 de mayo de 2010


El negocio de las patadas

Ahora que ya entramos de lleno a la euforia del Mundial de Futbol 2010, es justo reflexionar sobre los intereses que mueven a este deporte en nuestro país. De primera instancia es urgente obligar a autoridades y dueños de equipos a una transformación total del futbol mexicano.

A pesar de que la selección mexicana cuenta con el apoyo popular, nadie se ha preocupado por mejorarla, todo es cuestión de dinero e intereses. Para nadie es mentira que los dueños de los equipos y la federación mexicana manejan a la selección a espaldas de la sociedad.

En tanto, tanto representantes de futbolistas como entrenadores, así como jugadores, sólo ven por sus propios intereses. Todo en función del desmedido lucro. Se dedican a explotar la pasión con participación en empresas comerciales para anunciar productos.

En tanto en lugar de que los fanáticos del futbol realicen boicots contra esos productos y jugadores en demanda de mejor calidad y sobre todo entrega al espectáculo, hacen mutis, no saben que son ellos los que pueden hacer que mejore el espectáculo. Se dejan llevar por la publicidad, así como el manejo subterráneo de algunos medios de comunicación, principalmente las televisoras.

Por eso es urgente exigir a los propios futbolistas más atención a la técnica que al negocio. Para nadie es mentira que el deporte de las patadas, durante décadas ha fungido en México como factor de estabilidad social.

Por su parte, los espectadores continúan permitiendo que las empresas hagan su santa voluntad. En tanto el gobierno federal y también los de los estados, no hacen nada para que se regule el rey de los deportes del país y solo también estén a la expectativa y a la voluntad de los monopolios televisivos que también son dueños de los equipos de futbol.

El futbol en México está en función de utilidades y no en función de su responsabilidad social, depende de intereses multimillonarios quienes sólo cuando ven que las tribunas están vacías responden, sin embargo la mayoría de las veces, no les importa que pierda tal o cual equipo y mucho menos la selección, siempre y cuando sigan ganando dinero.

Nos dicen que Emilio Azcárraga Milmo inventó el grupo de la Concacaf para que México tuviera un espacio donde brillar en Centroamérica y el Caribe, lo mismo que al norte del continente. Lo contradictorio es que ahora esos equipos ya se encuentran al mismo nivel o más bien en nuestro país se ha bajado la calidad técnica en función de la comercialización.

De esta forma, el futbol no sólo es un deporte, sino que al convertirlo también en espectáculo que se vende como tal, genera enorme cantidad de dinero para quienes están inmersos en esta actividad.

La Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) obtuvo ganancias por 2 mil 450 millones de dólares en el Mundial de Alemania 2006, de los cuales se entregaron 990 millones a las selecciones participantes. Ahora cuatro años después esas cifras casi se duplicarán.

Los patrocinadores de siempre y los nuevos cada cuatro años generan igualmente sumas millonarias en ganancias. Las réplicas del balón oficial de la Copa del Mundo, el Teimgeist (espíritu de equipo, en alemán), se vendió a 130 dólares cada uno; dieron como ingreso una suma aproximada a mil 300 millones de dólares.

En tanto que el representativo nacional aportó ingresos a la Federación Mexicana de Futbol por 104 millones de dólares y que sólo el regiomontano Grupo Femsa tuvo ganancias por 18 mil millones de dólares, lo que fue el equivalente al producto interno bruto de Panamá, y el doble de Haití.

En las épocas de Copa del Mundo surgen firmas comerciales de todo tipo y se provoca una guerra sin cuartel entre televisoras y los principales anunciantes por hacer las mejores promociones, aunque lo único cierto es que logran la confusión de los consumidores que terminan por no identificar todo lo que se les ofrece.

La televisión se ha convertido en el verdadero dueño del espectáculo por imponer horarios y alineaciones, y hasta técnicos y directivos, además de que las mujeres, pese a no gustarles este deporte, se hacen aficionadas al ser atraídas por el físico de los futbolistas.

Por lo pronto, para lograr que la Selección Mexicana obtuviera el tan ansiado pase al mundial aunque en Sudáfrica haga el ridículo, se cubrieron contratos multimillonarios con diversas empresas, que al final son las que pagan y además se enriquecen a costillas de los espectadores y de todo el pueblo.

El problema del futbol mexicano es de técnica y de negocios, pero al mismo tiempo padece el efecto espejo de la realidad nacional: Aguirre es como el Tlatoani presidencial, la corrupción y los privilegios impiden alto nivel técnico, los jugadores carecen de espíritu de equipo, la federación mexicana es un cártel de intereses creados, no existe un plan de desarrollo del deporte, los errores se responden con pretextos, los dueños de los equipos dicen que la crisis es un “catarrito” futbolístico, la improvisación ahoga la capacidad técnica, los jugadores le apuestan al faul y no a la técnica ofensiva, no existe equilibrio de poderes entre los dueños, los dedazos deciden la lista de convocados, no hay respeto a las reglas ni a las autoridades, el sistema de justicia futbolística responde a intereses y corruptelas, los poderes fácticos gobiernan a los equipos.

Pero el futbol es más que un deporte, se trata, al final de cuentas, de un estado de ánimo de la sociedad, de un factor de estabilidad social. De ahí que las autoridades están obligadas a poner orden en el desorden, a romper intereses creados y a impedir que los seguidores del futbol y de la selección nacional sean defraudados por manejos irregulares con la selección.

Así, la selección es un manojo de intereses comerciales. Los jugadores son más leales con los patrocinadores que con los fanáticos. Por eso las autoridades y el Congreso deben regular el futbol y la selección, ya que hasta el PRI explotó sus colores al vincularlos con los de la selección en los pasados comicios del 2009, sin que nadie dijera nada. JAV

No hay comentarios: